- ISBN: 978-8408150268
El Agua de la Vida publicada en enero, es la última novela de Sara Gruen autora de Agua para Elefantes. Un gran libro, muy bien escrito y con grandes personajes. Un libro entretenido de lectura tranquila y animada para estas vacaciones.
La novela se desarrolla en la época de la Segunda Guerra Mundial. Fin de año, 1944. Para Maddie y Ellis Hyde, un joven matrimonio de clase alta de Filadelfia, la guerra y la privación son conceptos lejanos. A Ellis sólo le interesa divertirse gracias al dinero que recibe de su padre. Pero cuando el viejo general Hyde les corta su asignación, Ellis decide recuperar el favor de su padre retomando el proyecto en el que éste fracasó años atrás: encontrar al famoso monstruo del lago Ness.
A pesar de las quejas de Maddie, y acompañados por su inseparable amigo Hank, los tres parten hacia Escocia y se instalan en un pequeño hotel rural, sin ninguno de los lujos que tan bien conocen. Ajenos a todo, cada día los dos hombres salen a buscar al mítico monstruo, mientras otro monstruo, Hitler, está arrasando Europa. Maddie, sola la mayor parte del tiempo en un país extranjero, rodeada de desconocidos, debe comenzar a preguntarse quién es y qué quiere en realidad.
Apasionante y conmovedora, El agua de la vida narra una intensa historia de amor, pero también el despertar de una joven privilegiada que, a medida que va experimentando lo que sucede a su alrededor, aprende a entregarse a los demás como nunca antes lo había hecho.
Una tierra de misterio y leyendas. Un amor capaz de cambiarlo todo.
Fragmento de la novela.
Mi suegra, que se había perdido la fiesta por culpa de una migraña, seguramente empezaría a recibir informes de nuestra conducta hacia el mediodía del día siguiente. Podía imaginar su reacción cuando se enterara de que había perdido la tiara. Decidí telefonear a la señora Pew al día siguiente y suplicarle con humildad su ayuda. Si la tiara se me había caído en la nieve, probablemente habría desaparecido para siempre; pero si se había escurrido por el respaldo de algún sofá, todavía podía aparecer.
Ellis me miraba de cerca, con el fuego de la chimenea bailando en los ojos. Al cabo de unos segundos, su airada máscara se disolvió en una expresión de alivio entristecido. Se inclinó hacia un lado para darme unas palmaditas en la rodilla y estuvo a punto de caerse de la butaca.
—¡Ésa es mi chica! — dijo esforzándose por recuperar la verticalidad—.
¡Siempre dispuesta a la aventura! Tú no eres como las otras, ¿lo sabías? Las demás no son divertidas. Por eso Hank no se casa con Violet. Está esperando encontrar otra como tú. Pero esa otra no existe. Hay una sola, y la tengo yo.
—¿A qué viene tanto parloteo? ¿De quién estáis hablando?
— dijo Hank, como salido de la nada, mientras se dejaba caer en su butaca—. ¡Aquí! — gritó haciendo chasquear los dedos por encima de la cabeza. Un camarero depositó más bebidas sobre la mesa, delante de nosotros. Hank se volvió nuevamente hacia Ellis—. ¿Qué dice tu mujer? ¿Otra vez está intentando casarme? Aquí hay demasiado eco y no oigo.
—No. Ha aceptado. Nos vamos a Escocia.
Hank abrió unos ojos enormes.
—¿De verdad?
Me miró, buscando confirmación. Yo no era consciente de haber aceptado nada, al menos desde que había quedado claro que no estábamos de broma. Pero como de ese modo conseguí desactivar la bomba y quizá también salvar la velada, decidí seguirles el juego.
—Por supuesto — contesté con un grandioso ademán—.
¿Por qué no?
Espero vuestros comentarios y opiniones.
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