- ISBN: 978-8467007718
Todo lo que cabe en los bolsillos nos narra la historia de dos personajes que viven un mismo hecho histórico desde circunstancias muy distintas. Serán un niño judío y un solado alemán de la wehrmacht que se sitúan en Varsovia en los años cuarenta cuando Hitler comenzó su guerra particular contra los judíos.
La historia comienza presentándonos a Mika, ya anciano que un día paseando por las calles de Nueva York junto a su nieto descubre un cartel que anuncia una obra de teatro de marionetas “El titiritero de Varsovia”, que así es como se llama, esto le trae muchos recuerdos y le crea la necesidad de contar una historia que lleva guardándose durante años mientras saca del armario una caja que contiene lo poco que le queda de una época que le dejó marcado para siempre: un viejo abrigo lleno de bolsillos.
La historia comienza en Varsovia en el año 1938, el último año de libertad que pudieron disfrutar sus habitantes, cuando Mika tenía sólo 12 años y su abuelo se hizo confeccionar un abrigo a medida. Poco después comenzaron los bombardeos y la ciudad cayó en manos del ejército alemán.
Poco a poco se fueron vetando los derechos de los judíos y Mika, su madre y su abuelo tuvieron que abandonar su hogar y fueron encerrados y hacinados en el gueto de Varsovia. Un lugar gris y desolador donde la vida casi se detuvo, donde vivían en unas condiciones paupérrimas y donde a diario morían cientos de personas, pero Mika encuentra la manera de regalar un poco de alegría a quienes están a su alrededor. Sus marionetas consiguen infundir un poco de optimismo.
Pero un día se cruza en el camino de Mika un soldado alemán, y el joven humillado y avergonzado, se ve obligado a actuar para el enemigo.
Y también es la historia de Max, un soldado alemán que destinado en Polonia se encuentra en el bando contrario. Ha dejado atrás a su familia y su hogar y cumple las ordenes de Fürher. Tras la guerra y la derrota del ejército alemán es trasladado al gulag de Siberia, en donde tendrá que sobrevivir a las condiciones de un campo de trabajo.
Los protagonistas, Mika y Max, son personajes diametralmente opuestos. Mika es sólo un niño cuando comienza la guerra. No se convierte en ningún héroe y su lucha siempre se centra en sobrevivir aunque está dispuesto a jugarse la vida por inundar de sonrisas a los niños del hospital. Max, es un soldado que cumple ordenes sin cuestionar demasiado los métodos aunque su vivencia en el gulag le hace recapacitar sobre todo lo ocurrido.
A parte de los personajes principales, Mika y Max, la autora dota a las marionetas de cierta identidad. En ciertos momentos alguna de ellas es como si tomara vida capaces de salir del bolsillo y hablar con su propia voz.
Esta no vela nos sorprende porque estamos mas acostumbrados a que nos hablen de los guetos, de campos de exterminio pero en este caso Eva Weaver incluye la experiencia de un soldado alemán en el gulag de Siberia tras la derrota ejecutada por el ejército rojo, lugar en el que fueron encerrados muchos de los militares que participaron en la matanza judía. El verdugo pasa a ser prisionero, de humillar a ser humillado, condenado a trabajos forzados, a pasar hambre, frío, enfermedades y a vivir algunas de las cosas que había observado desde lejos.
Se trata de una historia de ficción muy bien ambientada en un escenario que fue real, rigurosa en cuanto a fechas y sucesos de la historia, aunque no introduce detalles del conflicto bélico ni movimientos militares. La novela se desarrolla en dos épocas distintas, en el año 2009 donde Mika es ya anciano y entorno a los años 40 con el inicio y los años posteriores al comienzo de la segunda guerra mundial. Esta última se encuentra a su vez divida en dos hilos narrativos diferentes. La primera de ellas nos narra la historia de Mika describiéndonos las terribles condiciones del gueto y la segunda nos cuenta la historia de Max por escapar del gulag. Ambas vivencias se encuentran enlazadas a través de una marioneta.
Todo lo que cabe en los bolsillos es una historia dura y amarga en algunos momentos que nos muestra algunas de las escenas más crueles que se vivieron durante esa barbarie también dibuja algunas escenas emotivas y amables. Una lectura muy recomendada.
Espero vuestros comentarios y opiniones.
carmen dice
Releyéndolo, 9 años después de mi primera lectura, en 2013, quizás por la mierda de una nueva guerra, me está apelando personalmente mucho. Al final, alguien organiza masacres a las que se mandan levas de los más desprotegidos, niños de 16, 18 años, al que no se les da tiempo a «escoger», padres de familia, cuyas familias caen (daños colaterales) por las demencias de locos ególatras. Creo que sería un libro de instituto. Nos manipulan ahora y antes, de otra manera, pero la leva nos la siguen haciendo. Uff, me ha desahogado. Reseña muy buena, muy buena.
estela dice
Muchas gracias por tu aportación. La humanidad no aprende de la historia.