Desde el 9 de Octubre de 2013 tenemos en nuestras librerías La hora del Califa, la novela que da cierre a la trilogía de los Banu Qasi, de la cual ya forman parte: Los hijos de Casio y La guerra de Al-Ándalus. Un buen final para una buena saga.
Que podemos decir que no hayamos dicho ya. Esta novela, al igual que las anteriores, nos presenta un equilibrio entre el rigor histórico y la calidad literaria.
En esta novela vemos una continuidad de los hechos que se narran en su antecesora, situación que no se presentaba en las anteriores publicaciones en las que cada una tenía su propia autonomía. La novela continua narrando la historia de los descendientes de Musa ibn Musa, una familia de caudillos muladíes que gobierna el valle del Ebro en los siglos IX y X. También asistimos al ascenso de la figura más conocida y admirada de Al-Ándalus, Aderramán III, el primer Califa de Córdoba, a través de Badr, su tutor y primer ministro. Y, como en las anteriores entregas, tenemos la visión del norte cristiano con las andanzas de Toda y Sancho.
Pequeño fragmento de la novela:
«El emir permaneció en pie en medio del silencio, roto tan solo por el silbido del viento entre las ramas y los chillidos de las rapaces que sobrevolaban los cortados, hasta que volvió la mirada hacia su hijo y, con un gesto, le pidió que se acercara.
– Recuerda mientras vivas este momento, Al Hakam. El camino para llegar aquí está empapado con la sangre de decenas de miles de buenos creyentes. Cincuenta años y el tesón de cuatro emires han sido necesarios para doblegar la resistencia de este nido de perdición. Cuando yo nací, el estado omeya tal como tú lo has conocido, el mismo que tan inmutable te parece ahora, estaba a punto de claudicar bajo el empuje de los rebeldes que tenían en este lugar su refugio. Sabes, porque yo te lo he contado, que el caudillo que gobernaba en Burbaster llegó a poner fuego con sus proyectiles en la mezquita aljama de Qurtuba. Ha sido preciso el esfuerzo de muchos hombres para que tú y yo podamos hollar estas veredas. Abre bien los ojos y los oídos, porque las historias que vas a escuchar y lo que vas a vivir en estos días son los cimientos sobre los que hemos de construir el futuro de nuestra dinastía. Hoy es el primer día, escúchame bien, de una nueva era para los omeyas. Un día que ha tardado en llegar más de lo que jamás pudo suponer el responsable de todo esto.»
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