Después de la trilogía de los Banu Qasi, Carlos Aurensanz nos sorprende con «La puerta pintada«, una novela de suspense en la que el autor construye un thriller psicológico que ahonda en los móviles psicológicos de un asesino en serie y en el que dos tramas se dan la mano para llegar a un final inmejorable.
La primera parte de la novela se desarrolla en el año 1949, cuando la aparición de un cadáver junto al río, el primero de una serie de crímenes, pone en jaque a la Guardia Civil a la vez que altera la vida de la pequeña localidad de Puente Real. Una serie de crímenes en los que el asesino no deja ninguna pista que no quiere que sea encontrada y que va a cambiar para siempre la vida de don Manuel Vega, el médico forense encargado de la investigación.
Hacia la mitad de la novela el autor da un salto al año 1936 con el estallido de la Guerra Civil. A su pesar, la vida de Salvador, un impresor simpatizante de las izquierdas, y la de su esposa Teresa, maestra en una escuela de la República, se ven arrastradas inexorablemente hacia la tragedia y la muerte.
Los protagonistas de estos dos momentos tejen de forma magistral una historia que es en sí misma un thriller, pero también una novela costumbrista que retrata la cerrada sociedad de la posguerra, sin rehuir el drama descarnado de la Guerra Civil y la posterior represión.
Cuenta, además, con elementos propios de una novela gótica, como el escenario principal donde se desarrolla la trama, la catedral de Puente Real, la vivienda del campanero ubicada en su tejado y, sobre todo, su magnífica Puerta del Juicio, en la que se revelan, dramáticamente esculpidos en piedra, los castigos que esperan a los pecadores. En medio de todo ello, una improbable historia de amor acaba por abrirse paso para conducirnos al desenlace final.
Carlos Aurensanz nos sorprende gratamente con este nuevo registro, presentándonos una historia emotiva y llena de recovecos, que atrapa desde el principio hasta el final.
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